domingo, 30 de enero de 2011

¿Sales o tuiteas?

Internet, las consolas de juegos, el teléfono móvil, los reproductores de MP3 y MP4, etc. son en la actualidad el “ecosistema natural” de la gran mayoría de los adolescentes y jóvenes. Ellos perciben estas tecnologías con la misma naturalidad con la que los adultos percibimos la televisión, la radio o el teléfono fijo. Este tipo de tecnologías no les causa ningún tipo de sorpresas, simplemente, con una absoluta naturalidad, la usan para estar en contacto, para hacer nuevos amigos, para buscar y compartir información, bajarse y escuchar música y en general, para desarrollar su propia cultura.
En este contexto se hace necesario reescribir las estrategias de promoción de la salud, (Mariano Hernan, profesor de la EASP y experto en nuevas tecnologías, adolescentes y promoción de la salud, nos dá suficientes pistas) y utilizar los mass media usados por los adolescentes. Un ejemplo lo podemos encontrar en la iniciativa REDAS. Todos se desenvuelven pasmosamente bien con...
el ordenador, se conectan a Internet de forma habitual, todos tienen teléfono móvil y muchos,  los chicos, juegan habitualmente con las videoconsolas, y las chicas son habituales usuarias de redes sociales como Tuenti.
Pero ojo, este nuevo estilo de vida conlleva sus pros y sus contras. Los resultados de algunas investigaciones revelan que los jóvenes de la era digital parecen ser más inteligentes, curiosos, asertivos, y aceptan con mayor facilidad la diversidad y tienen también mayor nivel de autoestima que los jóvenes que pertenecen a generaciones anteriores. Otras, sin embargo, apuntan en sentido contrario, ya que podemos encontrar que los chicos viven literalmente pegados a las pantallas perdiendo su capacidad de atención hacia otros temas que no surgan del monitor, sufriendo estrés y ciertas depresiones, vanidad e incluso crueldad como resultado de su interacción con la Red, y pierden la socialización presencial y de contacto, a favor de otra socialización cibernética e impersonal.
En muchos paises, especialmente en EEUU y Japón se estudia profusamente el fenómeno de los Screenagers, que es como se denominan a los adolescentes que pasan muchas horas usando este tipo de tecnologías.
En España, encontramos que para un sector de la población infanto-juvenil, el dormitorio se ha convertido en un santa santorum. Un espacio acotado a los adultos, Un espacio compartido, a lo sumo, con los hermanos, y en el cual aparece representado su propio universo. La habitación se convierte en el único territorio privado posible, donde la televisión, la música y el ordenador compiten y comparten la atención de los jóvenes. El messenger, tuenti, facebook y especialmente el teléfono móvil se convierten en los medios para mantener los vínculos sociales con los amigos.
Existen una serie de riesgos de los que la sociedad adulta esta obligada a establecer los mecanismos necesarios, a nivel macro y a nivel micro, especialmente en el entorno familiar, como pueden ser los contenidos inapropiados, acoso, pornografía, tráfico, incitación al racismo, odio, discriminación, violencia, drogas y conductas de riesgo, cita a ciegas, spam, ciber-delitos, adicciones y consumismo. Con el dialogo, la formación y el control adecuado, estos riesgos pueden  ser perfectamente minimizados. Los videojuegos, poseen clasificaciones y un control, en España, que permiten que algunos de ellos por su contenido no vean la luz a nivel comercial. En general son muchos de estos juegos para ordenador y consolas los que poseen un valor de aprendizaje significativo, es decir intento, esfuerzo y éxito.
Con respecto a la calidad de los contenidos web, cada día son más los sitios que incorporar códigos de conducta, sellos de calidad y filtros. Sólo con una adecuada formación de usuarios y con el dialogo podemos acercarnos más y comprender a nuestros jóvenes. Para muchos adultos supone una brecha digital que sólo preguntándoles a ellos y trabajando con ellos podemos salvar.
Y a nivel de lo que se ha denominado la bedroom culture, concepto que interpreta y analiza lo que sucede en la actualidad en los cuartos de los jóvenes, la cual se convierte en una nueva burbuja de socialidad, mi percepción como padre y como observador de mi entorno es que cuando se les pone en la situación de elegir entre estas tecnologías o los amigos, todos eligen sin dudarlo, salir a la calle y compartir un buen rato con éstos.




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