Por Encarna Fernández Durán - Trabajadora Social
Os invito desde este artículo a una reflexión crítica, no derrotista, pero si realista; de lo que ocurre a pie de calle, compartida por algunos profesionales vinculados a Salud. Percepción de como anda nuestra “Salud”; donde a veces nos perdemos entre tantos planes y programas, donde creo que está anclada todavía en un paradigma funcionalista y asistencialista, en el que no existe una concienciación aún, del trato integral del paciente (biopsicosocial), en donde las políticas sanitarias giran en torno a alcanzar unos objetivos, insistiendo en cumplir unos proyectos que se alejan de la realidad y de las necesidades de ciertos colectivos y de la ciudadanía en general.
¿Se ha de incentivar económicamente a los profesionales de la Salud para que realicen buenas prácticas ? o ¿deberían de atenerse estos profesionales a los principios que inspiran a todo el sistema de salud ?, como: eficacia, eficiencia y efectividad en el ejercicio de sus acciones. En tanto más eficaces son los servicios sanitarios, menor costo económico suponen al sistema. Por otro lado la celeridad, imprescindible y equivalente a prontitud, rapidez, velocidad. Y por último la flexibilidad, necesaria y fundamental , como criterio de comportamiento de los servicios sanitarios.
Destacar que una razón por la que los usuarios utilizan los servicios privados, aún cuando no se posee un buen nivel económico, es por la ineficacia, nula eficiencia y lentitud de lo público (listas de espera, diagnósticos rápidos lo que conlleva a equivocaciones, etc.).
Destacar que una razón por la que los usuarios utilizan los servicios privados, aún cuando no se posee un buen nivel económico, es por la ineficacia, nula eficiencia y lentitud de lo público (listas de espera, diagnósticos rápidos lo que conlleva a equivocaciones, etc.).
Estamos demasiado acostumbrados a servicios que funcionan torpemente y que están descoordinados, por lo que frecuente se reiteran laa descalificaciiones un tanto absolutas del sistema de salud, y todo porque una de sus "células" no participa de los criterios antes mencionados y que deben inspirar todo el sistema.
La excesiva burocracia, la búsqueda legal a los problemas, la deficiente participación del médico en las tares de gestión, el "empoderamiento" del personal sanitario, el obsesivo interés por responsabilizar solo a los directivos de los centros de los fallos organizativos, la politización en sentido peyorativo de los cargos directivos del sector público, la falta de comunicación entre centros y lo que es peor, entre los servicios, de un mismo centro, la penalización de la innovación y la existencia de unos incentivos perversos, son a mi juicio las principales causas de que nuestra querida Salud se encuentre enferma..
La excesiva burocracia, la búsqueda legal a los problemas, la deficiente participación del médico en las tares de gestión, el "empoderamiento" del personal sanitario, el obsesivo interés por responsabilizar solo a los directivos de los centros de los fallos organizativos, la politización en sentido peyorativo de los cargos directivos del sector público, la falta de comunicación entre centros y lo que es peor, entre los servicios, de un mismo centro, la penalización de la innovación y la existencia de unos incentivos perversos, son a mi juicio las principales causas de que nuestra querida Salud se encuentre enferma..
El lento desarrollo de la atención primaria y el sentimiento general de que solo existe “vida inteligente” en los hospitales, ha propiciado un fenómeno, bautizado por algunos como “hospitalocentrismo”, que unido a unos servicios especializados poco dados a trabajar en equipo, a una híper valoración de la responsabilidad individual y la libertad profesional, han dano como resultado una tendencia a la excesiva práctica clínica individualizada, en donde el "equipo" brilla por su ausencia, originando variaciones injustificadas de la actividad asistencial y de los costes correspondientes..
Lo expuesto en estas reflexiones es fruto de vivencias en primera persona, todas ellas desde una Unidad de Trabajo Social en Salud, donde aún estamos "invisibilizados" por el sistema, propiciando desigualdades en el ámbito profesional. No pretendo finalizar este post dando una visión un tanto pesimista, sino al contrario de esperanza, tesón y empeño. Desde nuestra perspectiva, la de muchas unidades de trabajo social en salud, seguiremos trabajando, "luchando" en pro de una sociedad basada en relaciones de justicia, solidaridad, autogestión e igualdad, sin amedrentarnos en nuestro enfrentamiento contra las políticas y el capital, que en nombre de algo llamado mercado y globalización, producen leyes ineficaces, precarizan la existencia, destruyen lo público, amenazan el medio ambiente y enferman a nuestra "Salud".
UN SALUDO LIBERTARIO Y SALUBRISTA PARA TODOS
Comparto muchas de las ideas y de los sentimientos expuestos por Encarna en este post. Como Técnico de Salud en Atención Primaria también pienso que es hora de que reaccionemos y afrontemos la perspectiva más allá de lo asistencial. Y mucha responsabilidad tenemos también para que lo hagamos de forma compartida y compartiendo... La unión hace la fuerza.
ResponderEliminarSalud!
Mauricio