León Tolstói, en su obra Resurrección, decía: «Por mucho que cientos de miles de personas, reunidas en un corto espacio de terreno al que se han apegado, se esfuercen en llenar el suelo de piedras para que no crezca nada en él; por mucho que limpien ese terreno hasta la última brizna de hierba; por mucho que impregnen el aire con el humo del carbón y el petróleo, por mucho que corten los árboles y obliguen a marcharse a todos los animales y aves, la primavera, hasta en la ciudad, siempre es primavera». No le faltaba razón a nuestro autor... y lo que no podía imaginar hace más de un siglo, es que...
aquella incipiente contaminación que describe en su texto, conseguiría con el devenir del tiempo que la naturaleza se revelase y respondiera, no en los términos como los que recoge en su film "El incidente" el cienasta hindú Shyamalan, más propio de la ciencia ficción de una Serie B, sino siendo más rigurosos, favoreciendo la creación de pólenes cada vez más gresivos y perseverantes.
Aunque existen pocos estudios científicos sobre la relación entre alergias y contaminación, los expertos de la Sociedad Catalana de Alergia e Inmunología Clínica (SCAIC), han explicado que el polen en zonas de gran contaminación como las grandes ciudades "expresa mayor cantidad de proteínas descritas como alergénicas". Concretamente las partículas de emisión diesel pueden ocasionar, en contacto con los granos de polen, el desgrane de la planta, facilitando la llegada de estas partículas a las vías respiratorias. El cambio climático también afecta al calendario polínico de las plantas, ya que avanza o alarga el período de polinización.
La prevalencia de alergia en la población adulta española va en aumento, siendo superior en ciudades, constituyendose la rinoconjuntivitis como la manifestación más frecuente de la alergia. Según un estudio epidemiológico europeo, el 21,5 por ciento de la población española sufre rinitis alérgica, de los cuales más del 50 por ciento es alérgico al polen.
El diagnóstico precoz, la elección del fármaco adecuado y recomendaciones como el usar gafas de sol para protegerse de los granos de polen, son acciones eficaces. Además los expertos señalan que desde las 7 hasta las 10 de la mañana se deben evitar los paseos y la ventilación en los domicilios porque es la hora en la que el aire contiene más partículas. Otras medida de prevención es estar alerta a los aumentos de las concentraciones polínicas.
Con medidas que contribuyan a reducir la contaminación es muy posible que pudiesemos conseguir reducir el aumento de las alergias, y si no es así, puesto que las variables que intervienen son muchas y se nos escapan de nuestras manos, lo que si podríamos conseguir es volver a tener la percepción bucólica e idílica que siempre ha envuelto a la primavera.
"El azul del mar inunda mis ojos, el aroma de las flores me envuelve, contra las rocas se estrellan mis enojos y así toda esperanza me devuelve. Malos timepos para la lírica" cantaban Golpes Bajos
aquella incipiente contaminación que describe en su texto, conseguiría con el devenir del tiempo que la naturaleza se revelase y respondiera, no en los términos como los que recoge en su film "El incidente" el cienasta hindú Shyamalan, más propio de la ciencia ficción de una Serie B, sino siendo más rigurosos, favoreciendo la creación de pólenes cada vez más gresivos y perseverantes.
Aunque existen pocos estudios científicos sobre la relación entre alergias y contaminación, los expertos de la Sociedad Catalana de Alergia e Inmunología Clínica (SCAIC), han explicado que el polen en zonas de gran contaminación como las grandes ciudades "expresa mayor cantidad de proteínas descritas como alergénicas". Concretamente las partículas de emisión diesel pueden ocasionar, en contacto con los granos de polen, el desgrane de la planta, facilitando la llegada de estas partículas a las vías respiratorias. El cambio climático también afecta al calendario polínico de las plantas, ya que avanza o alarga el período de polinización.
La prevalencia de alergia en la población adulta española va en aumento, siendo superior en ciudades, constituyendose la rinoconjuntivitis como la manifestación más frecuente de la alergia. Según un estudio epidemiológico europeo, el 21,5 por ciento de la población española sufre rinitis alérgica, de los cuales más del 50 por ciento es alérgico al polen.
El diagnóstico precoz, la elección del fármaco adecuado y recomendaciones como el usar gafas de sol para protegerse de los granos de polen, son acciones eficaces. Además los expertos señalan que desde las 7 hasta las 10 de la mañana se deben evitar los paseos y la ventilación en los domicilios porque es la hora en la que el aire contiene más partículas. Otras medida de prevención es estar alerta a los aumentos de las concentraciones polínicas.
Con medidas que contribuyan a reducir la contaminación es muy posible que pudiesemos conseguir reducir el aumento de las alergias, y si no es así, puesto que las variables que intervienen son muchas y se nos escapan de nuestras manos, lo que si podríamos conseguir es volver a tener la percepción bucólica e idílica que siempre ha envuelto a la primavera.
"El azul del mar inunda mis ojos, el aroma de las flores me envuelve, contra las rocas se estrellan mis enojos y así toda esperanza me devuelve. Malos timepos para la lírica" cantaban Golpes Bajos
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