domingo, 20 de marzo de 2011

¡A dormir, que no engorda¡

Combatir la obesidad con una hora de sueño más.
Por fin, una medida agradable de cumplir por todas las personas con problemas de sobrepeso u obesidad y aplicable tanto a niñas y niños como a papis y mamis.
Está demostrado que la obesidad infantil y los trastornos de sueño se retroalimentan. Es mucho más fácil que un niño con problemas para dormir tenga obesidad, y viceversa. Esto se debe a una serie de hormonas, según las conclusiones alcanzadas con un estudio realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn), ya que la falta de sueño interfiere... en las hormonas que regulan el sobrepeso. Además, se ha constatado que solo una hora más de sueño disminuiría hasta un 36% la posibilidad de que los niños sufran sobrepeso. Una de las causas es que dormir poco aumenta la producción de grelina, una hormona conocida como la del crecimiento porque reduce la quema de calorías y anima a comer más, y disminuye la de la leptina, hormona que comunica al cerebro la sensación de saciedad otra que tiene el efecto contrario, porque reduce el apetito Y tiene otra causa más obvia, pero que no se puede ignorar: si se duerme poco se tiene menos ganas de hacer ejercicio. La relación tiene un ejemplo numérico claro: la tasa de niños obesos o con sobrepeso en España (alrededor del 30%) se corresponde con la de los que duermen mal.


Para combatirlo, los estudios recomiendan que los adultos duerman de seis a ocho horas al día, y los niños, 10. Que no haya televisiones en los dormitorios ni leer en la cama; no realizar actividades que impliquen atención excesiva, como ver una película, una hora antes de acostarse y no tomar excitantes (café, té, tabaco) desde las cinco de la tarde.


Se relacionan el sueño irregular e insuficiente con la obesidad infantil. Diversas investigaciones realizadas por el equipo de Even Var Cauter, de la Universidad de Chicago (EEUU) apuntan en la misma dirección; dormir poco no facilita la pérdida de peso, sino todo lo contrario, el sueño escaso parece estimular la obesidad. 


Y tiene otra causa más obvia, pero que no se puede ignorar: si se duerme poco se tiene menos ganas de hacer ejercicio. La relación tiene un ejemplo numérico claro: la tasa de niños obesos o con sobrepeso en España (alrededor del 30%) se corresponde con la de los que duermen mal. 


Para combatirlo, los estudios recomiendan que los adultos duerman de seis a ocho horas al día, y los niños, 10. Que no haya televisiones en los dormitorios ni leer en la cama; no realizar actividades que impliquen atención excesiva, como ver una película, una hora antes de acostarse y no tomar excitantes (café, té, tabaco) desde las cinco de la tarde.


Cuidar nuestra salud es tarea fácil siempre y cuando sigamos los consejos e intentemos cuidar tanto nuestra dieta como las horas de sueño.


Mercedes Barroso, Matilde Calero y Manuel Romero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario