La noticia saltaba hace unos días a la prensa, "los niveles de contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2) en las grandes ciudades se disparan". Madrid se veía, en el centro de todas las miradas... o mejor dicho no se veía, dada la bruma lechoso-grisacea que últimamente la envuelve. El caso es que el transporte supone el 90% de las emisiones contaminantes de nuestras ciudades, y de hecho, el 75% de los desplazamientos en las ciudades se hace en vehículo privado. Acciones como reducir la velocidad del automóvil, pueden conseguir disminuir las emisiones de gases, pero no basta, hay que hacer...
más y de forma más activa. Ejemplo de ésto es el Plan de Movilidad y Transporte Sostenible impulsado por el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, que busca cambiar los hábitos de desplazamiento de los trabajadores mediante cuatro programas: peatón, bicicleta privada, transporte público y coche compartido.
Sostenibilidad, compromiso y ecología, tres patas para un banco al que le sumaría una cuarta... salud.
Un cambio de hábitos en nuestra movilidad, no sólo provocaría ese deseado descenso de la contaminación, con efectos inmediatos en la salud pública, especialmente en poblaciones vulnerables como niños, ancianos y personas con problemas respiratorios, si no que además sería el paso preliminar para sencillamente andar más, aumentando con ello nuestra actividad física y bienestar general... salud en resumen. Dejar el automovil aparcado para muchos de nosotros es muy complejo, vivimos alejados de nuestro trabajo, tenemos que llevar los niños al colegio al otro lado de la ciudad, y seguro que mil situaciones más, entendibles y complicadas de resolver. Pero he aquí que la crisis actual está ofreciendo la oportunidad de que al menos en actos más cotidianos y diarios, muchos se resistan a arrancar su vehículo para ir a por el periodico o el pan, dos manzanas más allá y con resignación espartana y apretando el culo, poner un pie delante del otro, y realizar ese acto ancestral llamado caminar. Si nuestro predecesor en la evolución de la especie fué capaz de expandirse por el globo a golpe de zancadas, por que no vamos nosotros a ser capaces de hacer tres o cuatro kilómetros al día... ¿quizás estemos retroevolucionando en algunos aspectos ? me pregunto.
Punset afirma que dejar el coche en casa nos haría más humanos, yo de lo que estoy seguro es que además estaríamos algo más sanos.
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