sábado, 7 de mayo de 2011

¡Esto es la leche!

Por Milagros Ruiz - Técnico de Educación y Promoción de la Salud

La leche humana es sin duda la más adecuada para alimentar a los niños y niñas. A pesar de los diseños sofisticados y de su precio elevado, las leches artificiales están muy lejos de poder ofrecer todas las ventajas de la leche de la madre. Ésta tiene un impacto beneficioso en la salud del niño, en el crecimiento y desarrollo, en la inmunidad, en aspectos psicológicos, sociales, económicos y medioambientales.
La situación actual de la Lactancia Materna (LM) en España es el resultado de la evolución que a lo largo del siglo XX ha seguido en todos los países industrializados. Así, a principios del siglo XX la sociedad transmitía de madres a hijas la cultura de LM. A partir de la década de los 60 se observó un abandono progresivo, se inició en los países desarrollados y se fue extendiendo entre 10 y 15 años después a los menos desarrollados . Paradójicamente, el mismo movimiento feminista que en los años 50 promovió la lactancia artificial como medio de liberación de la mujer, intentó a partir de los 70 volver a poner de moda la lactancia materna.
Así, en los años 70 en los países de mayor nivel económico y cultural se comenzó a comprender la importancia de la LM para el estado inmunológico y nutricional del niño. Comenzó entonces el resurgir de la LM con el mismo patrón que había seguido su abandono: desde los países y las clases sociales más favorecidas hacia los países de menor renta per cápita y las clases económicamente más débiles.

Los factores que influyen en su inicio y mantenimiento son múltiples y variados: nivel de estudios de los padres alto, vivencia favorable del embarazo, asistencia al programa de educación maternal, control adecuado del embarazo e cuanto a visitas cumplimentadas, parto no quirúrgico, edad gestacional adecuada, estancia hospitalaria corta y peso del recién nacido, incorporación al trabajo.

La hipogalactia aparece en todos los estudios como la causa más frecuente de no lactar. En este sentido, y como señala LM. Barriuso, F. Sánchez-Valverde, debemos recordar que apenas un 10% de las mujeres padecen una hipogalactia verdadera. Por tanto parece evidente que en el abandono masivo de la LM y en las bajas cifras que se observan ya desde el primer mes de vida intervienen otros factores ajenos a la capacidad materna de amamantar y al deseo de la madre. Sin duda alguna el entorno que la rodea, ya desde la misma maternidad, ejerce una influencia negativa evidente.
Según Temboury Molina del comité de LM de la Asociación Española de Pediatría  “… en  nuestra sociedad actual, industrial y urbana, las familias son pequeñas y las nuevas madres carecen del apoyo de la familia tradicional para la lactancia. La mayoría no saben dar el pecho y no han visto amamantar …”.
Por tanto, hay que retomar este importante tema y empezar a reforzar la cultura de la Lactancia Natural frente al biberón, y transmitir la idea de que este tipo de alimentación es la mejor herencia en salud que podemos dejar a nuestros hijos e hijas.
Además de todo “dar la teta” es divertido y genera vínculos importantes e insustituibles entre madres e hijas e hijas.

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