sábado, 15 de marzo de 2014

Innovación Social para Tiempos de Crisis

Cuando hace ya algunos años me tropecé en un encuentro con este término, lo adopté a pesar de tener algo confuso su significado…  recuerdo a uno de mis mentores usar un vocablo parecido para referirse a lo mismo, a que si existe una innovación en el mundo de la empresa orientada a generar un valor, es decir unos beneficios para el negocio, ¿por qué no va a haber también una innovación en el terreno de lo social que permita generar un valor para la sociedad, al que podemos llamar beneficio social?".

Tengamos en cuenta que también genera un valor social la empresa, ya que sus beneficios de una forma u otra revierten en la sociedad. Pero esta innovación, es la que tradicionalmente tenemos asumida todos, y ésta otra emergente y novedosa, es paradójicamente innovadora en sí misma.

El sociólogo británico Michael Young define la Innovación Social como  "actividades y servicios innovadores orientados a satisfacer alguna necesidad social, desarrolladas y difundidas principalmente por organizaciones cuyos fines básicos son sociales".

Inmersos en la actual crisis, hay quien argumenta que no es momento de ponerse a innovar, que la innovación es costosa, o que la resistencia al cambio puede ser mayor debido al clima laboral. Quizás tengan razón, aunque muy discutible… pero se refieren a otra innovación, quizás la tecnológica, quizás la que busca un beneficio material o de simple cuadratura numérico-estadística para la organización.



Pero si queremos innovar en estos tiempos que corren quizás deberíamos rescatar lo que nos sugiere y propone esta innovación social, imaginando cual sería la manera de ofrecerle a la ciudadanía algo valioso para ella, haciendo el esfuerzo de fortalecer aún más lo que sabemos hacer, centrando y especializando nuestra actividad, cambiando nuestro punto de vista poniéndonos en su piel, usando los recursos científico-técnicos que tenemos a nuestro alcance, y en definitiva innovar en las pequeñas cosas, en el día a día, en todos y cada uno de nuestros gestos, palabras y acciones, que nos definen y destacan como salubristas.

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