viernes, 23 de marzo de 2012

Una hermosa eternidad

Aún no hace un año cuando un puñado de futuros salubristas compartimos espacio en la EASP, lo que nos dio una oportunidad única de compartir también inquietudes, experiencias y distintas formas de pensar y ver la vida. Para muchos de aquellos alumnos y alumnas, representó un antes y un después de nuestra concepción de la salud, acompañándonos en este devenir, un numeroso y variopinto grupo de profesionales de la salud, la educación y la comunicación, entre otras disciplinas. 

El "Rio de la Vida" se convirtió en el cauce en el que algunos nos zambullimos y aprendimos a llenar la...
mochila que portábamos a nuestras espaldas. Hablamos de sexo, drogas y rock and roll... y mira por donde, mientras aún amontonábamos alimentos en una pirámide, los americanos nos pusieron en bandeja un plato diferente. 

Como un destello que te asombra, supimos del impacto, y no me refiero al "súbito" de Eastwood, sino al de la salud y su evaluación. Nos empapamos de actividad física, y lo digo literalmente, ya que andamos, corrimos, subimos, saltamos y sudamos... y como es natural esto nos abrió el apetito, y caímos en la tentación del mero disfrute gastronómico... "Caminante se hace camino al andar... y si en el camino te da hambre párate en Graná". ¡A ver! todo hay que confesarlo... un día es un día, y como dicen en mi tierra "mañana verá el tuerto los espárragos". Y eso es otra cosa... para "espárrago", el micro al que tuvimos que aprender a enfrentarnos. ¡Luces, cámara... y acción! Porque no saber comunicar en promoción de la salud es como no saber nadar, estando embarcado en el Titanic.

Y así, poquito a poco, y aprendiendo de los que aprenden, llegamos a vislumbrar la meta.

En esa recta final, afloran inquietudes, miedos y agobios, derivados del esfuerzo por compatibilizar trabajo, estudios y casa, y paralelamente surgía una extraña sensación que inexplicablemente se apoderaba de casi todos, de no querer que aquello acabara, a pesar de la losa que el dios Cronos nos imponía a golpe de "tic-tac". 

Comentan los que saben que Shakespeare decía "El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eternidad". Por eso, el recuerdo de todos y cada uno de estos salubristas y de los que de una forma u otra, tuvieron algo de culpa en ello, así como la peculiar forma de "amar" lo que es y significa la salud que aprendimos, han conseguido que a pesar de todo, el tiempo siempre sea eterno.

Bienvenidos a esta hermosa eternidad... alumnos y alumnas de la IV promoción. 

2 comentarios:

  1. Hola Paco, comparto tus palabras y como alumna de esta IV edición te agradezco esta bienvenida a la "eternidad" de la que hablas. En estos meses hemos compartido muchas cosas y lo mejor de todo es que la hemos experimentado con tanta intensidad que entiendo que es así como se fijan de verdad los aprendizajes, cuando te implicas emocionalmente y creas vínculos afectivos con la gente con la que compartes las experiencias. Lo que hemos hecho en este experto es vivir salud. Un abrazo

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  2. Gracias por estas palabras tan maravillosas.
    Mi experiencia comenzó como un amor a primera vista y después de iniciarme en el conocimiento y con la ayuda de todas las personas que forman el equipo de la IV edición, se está convirtiendo en lo que tú bien dices "una hermosa eternidad".

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