martes, 31 de enero de 2012

Andando con la evaluación económica en salud

 'walking'
http://www.flickr.com/photos/15608087@N00/2881778314
La inactividad física es un problema de salud pública importante en la mayoría de las regiones del mundo, con una resolución dificil y complicada en la que son necesarias distintas estrategias. El fomento del uso de transporte activo (en bicicleta y a pie) para la actividad física diaria es un enfoque que no sólo promueve la salud, sino que también puede conducir a efectos positivos sobre el medio ambiente, especialmente si al desplazarnos en bicicleta y a pie, se reemplazan los viajes cortos que se realizan en automóvil. Cada vez más se está integrando el uso de la bicicleta y el caminar en el horario de las personas ocupadas para acudir a su trabajo, así como un creciente turismo activo en muchas ciudades con circuitos de pequeño recorrido susceptibles de ser realizados a pie o en bicicleta.


Esto, sin embargo, requiere un control y coordinación con los sectores de planificación y transporte urbano, cuyas políticas pueden proporcionar las condiciones adecuadas para los cambios de comportamiento que se han descrito.

Esto ha sido reconocido por el Action Plan for implementation of the European Strategy for the Prevention and Control of Noncommunicable Diseases 2012–2016, aprobado por el Comité Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud. La estrategia identifica la promoción de la movilidad activa como una de las intervenciones de apoyo a aplicar por los Estados miembros para hacer frente a este tema prioritario en la región europea. Al igual que otros marcos internacionales, tales como la Carta de Toronto para la Actividad Física del 2010, realizada como un llamamiento mundial para la acción.

El transporte es un componente esencial de la vida y un base para facilitar el acceso a bienes y servicios. Diferentes modos de transporte están asociadas con efectos específicos sobre la sociedad, incluida la salud y el medio ambiente. Apreciar estos efectos es una base importante para la evidencia en la que basar la formulación de políticas y una forma de ayudar a la toma de decisiones es mediante la evaluación económica. Los decisores deben saber cómo distribuir los recursos entre los distintos sectores, qué acciones adelantar dentro de cada uno de ellos y cómo lograr que los beneficios lleguen a toda la población, con el fin de asegurar el uso más eficiente de dichos recursos y alcanzar el mayor bienestar posible. La evaluación económica trabaja en los procedimientos o técnicas de análisis dirigidos a evaluar el impacto de opciones alternativas sobre el bienestar de la sociedad.

Sin embargo, las técnicas de evaluación económica que estudien el valor de los beneficios para la salud del uso de la bicicleta y el caminar como medios de transporte, han sido históricamente aplicadas de forma menos sistemática que los métodos utilizados para evaluar los costos y otros beneficios de infraestructuras y tecnologías.

Por este motivo la oficina regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud ha publicado el resultado de un intenso trabajo de varios años, plasmado en una guía con herramientas y orientaciones para aplicar la metodología de evaluación económica a las infraestructuras de transporte y las políticas en relación con sus efectos sobre la salud del transporte en bicicleta y de la actividad de caminar.

Esta guía de 39 páginas resume las herramientas y orientaciones desarrolladas para facilitar este cambio. Además, contiente una revisión de la literatura económica y de salud sobre el tema y orientación sobre la aplicación en el ámbito de la salud de herramientas de evaluación económica y de sus principios. Se presenta de interés para los usuarios y especialmente para los profesionales que se dediquen a la planificación del transporte, los ingenieros de tráfico, y los grupos de trabajo con interés en transporte, senderismo, ciclismo o medio ambiente, así como economistas de la salud, expertos en actividad física y promoción de la salud.

Si gracias a inicativas como esta, conseguimos que caminar o ir en bicicleta no se convierta en una carrera de obstáculos en la que el peatón o el ciclista debe esquivar los coches aparcados que bloquean los cruces y las aceras, evitar obras más señalizadas, atravesar precipitadamente las calles en las que la señal de paso puede llegar a durar tan sólo siete segundos, estar atento a los coches que se saltan los semáforos en rojo, etcétera, y se minimizan las agresiones del ruido y de los gases de escape... bienvenidas sean... aumentaremos nuestra calidad de vida y nuestra salud...  y a seguro de forma económicamente sostenible


2 comentarios:

  1. En ciudades pequeñas es más fácil caminar o desplazarse en bicicletas. En ciudades grandes existe un problema muy grave: no hay espacios verdes, es muy peligroso montar el bici. Las personas con pocos recursos no pueden moverse libre sin coches, y el transporte público no siempre es mejor opción. Hace 1 año fui al encuentro de los arquitectos con el ex-alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa. Bajo el proyecto de "La Bogotá que todos queremos" el implementó la construcción del sistema de ciclorrutas por las principales vías de Bogotá, la remodelación de andenes y la construcción de alamedas bajo el concepto de respeto y ampliación del espacio público. Para mi es buen ejemplo de salud en todas las políticas. Cuando la gente tiene la posibilidad de elección y dispone de recursos, es más sencillo promover la salud e introducir buenas prácticas para la salud.

    ResponderEliminar
  2. “We had to build a city not for businesses or automobiles, but for children and thus for people. Instead of building highways, we restricted car use. … We invested in high-quality sidewalks, pedestrian streets, parks, bicycle paths, libraries; we got rid of thousands of cluttering commercial signs and planted trees. … All our everyday efforts have one objective: Happiness.”

    ResponderEliminar