Por Jesús Martínez Tapias
¿Qué hacer? ¿Hacia dónde y cómo mirar?
Aún recuerdo, cuando me explicaron por primera vez la diferencia de lo que era prevención y promoción de la salud. Corría el año 1987, en el primer curso intermedio de promoción de la salud en la EASP. La imagen era un monigote subiendo una escalera que iba desde la enfermedad a la salud. Me ha alegrado volver a verla cuando hablamos de la nueva salud pública, de la promoción de salud desde el enfoque o modelo satulogénico, porque me explica también la diferencias del nuevo enfoque propuesto y me recuerda a un magnífico profesional de la Atención Primaria y la salud pública (Aranda Régulez JM).
Así pues, parece ser importante hacia donde miramos, con que gafas miramos y como revitalizamos esas miradas para hacerlas útiles en esa batalla por la salud, el bienestar, la felicidad de personas y comunidades. La figura 2 es relevante para orientar los recursos en función de cómo operan los determinantes. Alguna experiencia personal comentaré más adelante en relación a estas afirmaciones.
Tendríamos que preguntarnos si estas nuevas miradas a la salud de la población son alternativas a las anteriores, son complementarias y en qué grado. Al grano!!
La salud pública en la práctica implicaba desde el esquema epidemiológico la identificación de factores de riesgo para la salud de las personas y en sus entornos. Esto es, una mirada hacia los déficit y hacia las enfermedad tratando de responder como enferman y de que los individuos y las comunidades.
En Ottawa 1986 surge la definición del proceso sobre como permitir a las personas incrementar el control sobre su salud para mejorarla. Nos habla de entornos, hábitos de vida sanos, de como facilitarlos a través de la participación activa de ciudadanos y de cambios en las políticas de salud en todos los sectores implicados, así como la necesaria reorientación de los servicios sanitarios con una visión integral de la atención. Hablaríamos por tanto de una mirada hacia la salud en positivo.
La conferencia de Alma Ata y los Objetivos de salud para todos en el año 2000 serán también dos referentes que permitan ese cambio de dirección y de mirada.
Lo anterior me da pie para contar alguna experiencia en hacer las cosas de otra manera, con otra mirada. Entre el año 1992-1994 en el Distrito Sanitario de Osuna desarrollamos el programa de promoción salud: Establecimientos saludables; combinamos el trabajo en positivo de identificación y resolución de factores de riesgo en los establecimientos alimentarios de nuestra comarca, por los veterinarios reciente incorporados al nivel primario de atención, implicamos a los ayuntamientos y centros de salud, formación y jornadas de revisión de los pasos dados, culminando con el reconcomiendo de establecimientos saludable por espacio de un año, dando publicidad gratuita en lo medios de comunicación por parte del Distrito y haciendo entrega pública de dicho reconocimiento. Todo ello posibilito inversiones económicas por lo propietarios (más de 20 millones de pesetas) en las mejoras de los establecimientos públicos.
Como siempre suele ser una combinación de pensamiento y práctica en estas últimas décadas las que alumbre el modelo de salutogénesis. Aaron Antonosvky a raíz de sus estudios sobre de personas con buena salud que habían pasado por los campos de concentración nazis, se formula algunas preguntas: ¿que hace que estas personas tengan buena salud?, cuales son los ¿factores o recursos que les protegen y promueven a su calidad y bienestar de vida?
En sus investigaciones identifica los recursos de resistencia frente al estrés y la capacidad de uso de estos para el propio bienestar y calidad de vida de la persona.
Surge así el concepto de activos en salud, como cualquier factor o recurso que potencia la capacidad de los individuos de las comunidades y las poblaciones para mantener la salud y el bienestar. Posteriormente (Kretzman & McKnight, 1993) desarrollan metodología para evaluar mapas de activos en las comunidades y barrios más desfavorecidos.
Entre otras, estas son las “respuestas al viento” que lanza el modelo satulogénico en la reorientación de la promoción de salud. De déficit a activos, de problemas a oportunidades, de organizaciones para el desarrollo a invertir en activos y construir palancas políticas, del énfasis en las instituciones a énfasis en las asociaciones, de centrarse en individuos a centrarse en entornos.
Sera necesario operativizar y validar en los distintos entornos este nuevo enfoque, para generalizar su implantación en fases posteriores. Como hace el ciclo de mejora continua de la calidad asistencial, es necesario definir procesos e instrumentos que permitan definir, implantar, evaluar y volver actuar según el modelo de activos en salud.
Por tanto yo recomendaría para este nuevo enfoque de promoción de salud lo que Albert Einstein les decía a los jóvenes que consiguieron un puesto de trabajo:
“Generalmente en las entrevistas con jóvenes que se postulaban a trabajos les decía: ¿Te dijeron que tenés un trabajo? ¡Pues te mintieron! Tenés dos: el que tenés que hacer y uno más importante: la transformación de ese trabajo. Además de hacer tu trabajo, esperamos que tú nos digas cómo debe ser reformulado, transformado o eliminado”
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